¡Por fin, Mi Inmaculado Corazón triunfará!

Esta obra le ayudará a conocer aún más el significado profético de las apariciones de la Virgen en Cova da Iria y a poner en práctica sus insistentes peticiones, es decir, el rezo del Rosario todos los días y la devoción a su Inmaculado Corazón, especialmente la práctica de la comunión reparadora de los primeros sábados del mes.

¡Sí! Porque la Virgen, como madre que ama verdaderamente a sus hijos, indicó los peligros a los que la humanidad se enfrentaba si seguía por el camino del pecado.

María Santísima señaló la decadencia moral que avanzaba a pasos agigantados y cómo los hombres se hundían cada vez más en un abismo de inmoralidad, atrayendo sobre sí las guerras y los acontecimientos trágicos predichos por Ella, si no cambiaban de vida.

Esta Mensajera celestial habló, por ejemplo, de las modas que vendrían y que ofenderían mucho a Dios, nuestro Señor. ¡Y eso era en 1917! ¿Qué diría de los vestidos que están en boga hoy día?

Pero, como afirma Mons. João Clá en la introducción del libro que le he enviado, “mucho más trágica aún es la desaparición casi completa de la familia cristiana, que debería estar fundamentada en la indisolubilidad del vínculo matrimonial y en la generosa disposición a tener una descendencia numerosa”.

“¿Cuántos son hoy los que desean construir sus hogares sobre la sólida roca del Evangelio?

“Si siguiéramos analizando a la luz de los Mandamientos divinos la sociedad en la que vivimos, ¿cuál sería el diagnóstico?”.

No obstante, la Virgen señaló los medios para salir de estas sinuosas sendas del error y del pecado. Mostró que la devoción a su Inmaculado Corazón, el rezo del Rosario, una vida centrada en el amor a Dios y al próximo y la práctica de las virtudes traerán la tan deseada paz al mundo, a la sociedad, a las familias y a los corazones.

Por lo tanto, la principal promesa de Nuestra Señora de Fátima no es la del castigo o la punición, sino la del triunfo del Inmaculado Corazón de María, del final de estos días de crisis que padecemos, de la victoria del bien sobre el mal, de la virtud sobre el pecado.

Estoy seguro de que tras la lectura de este libro será mucho más fácil imaginar los días en que María será verdaderamente Señora y Reina de los corazones.